Próximo a cumplir los 28 años de edad, a Carlos Ospina le ha dado por la nostalgia. Tras un año a puro trabajo en la pista, modalidad en la que logró medallas de bronce en la prueba Madison en la Copa Mundo de Cali 2009 y en los Juegos Suramericanos Medellín 2010; medalla de bronce en la prueba por puntos de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2010; y, dos títulos en la Madison y el Scratch en los Campeonatos Panamericanos de Ciclismo 2010, el oriundo de Nechí, Antioquia, quiere volver a la ruta.
Hace tres años Ospina rodaba por las carreteras de España conduciendo una de las bicis del equipo Garage Sánchez-Pareja-U.C. Son Serverá. En 2008 fue tercero del Cinturón de Mallorca y ese mismo año fue tercero en el Memorial David Gómez. Antes, en 2007, fue ganador del Memorial de Ariani y la Clásica Pullenza. Pero el joven paisa prefirió abandonar sus ilusiones europeas y concentrarse con su equipo en Colombia, el GW Shimano.
Carlos Alberto Ospina Hernández nació el 10 de noviembre de 1982. Su vida ciclística la inicio con el comienzo de siglo, en su Nechí natal, pueblo de pescadores de río y agricultores, aquejado por la guerra desde hace más de 50 años. Sus triunfos con el GW le entregaron la etiqueta de “estrella joven”, y él no decepcionó ganando la Clásica del Huila.
Antes había estado con el Orgullo Paisa, equipo con el que fue quinto de la Vuelta de la Juventud y líder parcial de la Vuelta a Colombia. Al equipo que ahora dirige Carlos Mario Jaramillo regresó el año pasado, exhortado por José Julián Velásquez, entrenador de la Selección Colombia de Pista, quien vio en él las cualidades suficientes para rendir en los velódromos.
Carlos se hizo un espacio entre grandes figuras como Juan Esteban Arango, Cristian Tamayo, Fabián Puerta y Carlos Urán, y empezó a entregar grandes resultados. “Es un trabajador incansable, además es buen compañero y no se queja de las rutinas de entrenamiento”, dijo alguna vez José Julián Velásquez respecto a Ospina.
Pero las ganas de ganar cumbres y sufrir en las carreras de etapas pudo más que la efervescencia luminosa de la pista, y, viendo la cercanía de la vejez deportiva, Ospina ha decidió volver al sol y al polvo de la carretera. Ayer firmó su contrato con el Orgullo Paisa de ruta para la temporada 2011, haciendo caso omiso a las ofertas del EPM-UNE y del GW Shimano-Chec-Edeq, y es que está cómodo con el Orgullo Paisa, y además entusiasmado con la presencia de Santiago Botero como mánager. “Con Santiago el equipo se puede catapultar a las grandes carreras y eso motiva mucho. Creo que él le puede conseguir al equipo invitaciones importantes”, señala Carlos, quien asegura estar listo para ganar una gran competencia en 2011. “Debo agradecerle mucho a la pista, pues me ha dado mucha fortaleza como ciclista. Creo que en 2011 puedo ganar varias clásicas e incluso el Clásico RCN”, afirma.
Pero antes tendrá que sellar el 2010, y por delante tiene un gran compromiso, la Copa Mundo de Pista en Cali, en el mes de diciembre, donde escribirá su último capítulo como pistero. “Quiero cerrar bien con mis compañeros pisteros, y voy a dar todo de mí para lograr una medalla de oro en Cali”, advierte.
Rouget Taborda Vallejo
Antena 2, RCN-Medellín